Del latín obligatĭo, obligación
es aquello que una persona está forzada (obligada) a hacer. Puede tratarse de una imposición legal o de una exigencia moral. Por ejemplo: “Pagar
los impuestos es una obligación de todos los ciudadanos”, “Si quieres
seguir trabajando para nosotros, tienes la obligación de llegar puntual todas
las mañanas”, “Ayudar a los más necesitados es una obligación de todos
los que tenemos la suerte de tener trabajo”.
Una obligación, por lo tanto, puede ser un vínculo que lleva a hacer o a abstenerse de hacer algo, fijado por
la ley o por una normativa. En varios países, votar en las elecciones es una
obligación de todos los ciudadanos que cumplen con ciertos requisitos (tener
más de 18 años, contar con un documento de identidad, etc.). Si la persona
figura en el padrón electoral y decide no acudir a votar, habrá cometido una
falta por no cumplir con su obligación cívica
La obligación también puede estar atada a un precepto religioso. En este caso, no es la ley la que impone el
castigo por la falta, sino Dios o la institución religiosa. Los judíos
están obligados a no comer carne de cerdo, mientras que los cristianos tienen
la obligación de no mantener relaciones sexuales antes del casamiento.
Es posible que la obligación surja de la propia conciencia
o moral
del individuo. Si un hombre se entera que un amigo está en problemas, puede
sentir que tiene la obligación de ayudarlo y dejará aquello que está haciendo
para asistirlo.
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